En la Edad Media había tres castas: cristianos, moros y judíos. Pero a partir de 1492, todos los españoles ya son cristianos: los judíos son conversos y los moros son moriscos. Después de su conversión forzada, estos cristianos “nuevos” podían ser procesados por la Inquisición (establecida en 1483).
Los Estatutos de Limpieza de Sangre son reglamentaciones que impiden, a los conversos y a sus descendientes, ocupar puestos y cargos en diversas instituciones. Los Estatutos aparecen en España durante el siglo XV.
Durante el siglo XVI, comienzan a establecerse distintas normas que impiden a los judíos embarcarse hacia el Nuevo Continente (América).
Estos Estatutos siguieron en vigencia hasta la época de la Independencia de América. Los que querían ingresar en el ejército al servicio de España, debían probar su limpieza de sangre para ser admitidos.
En general, las probanzas eran demostradas por testigos. Normalmente cinco testigos debían dar fe del conocimiento del solicitante, de su buen nombre y de su pureza de sangre, además de no poseer antecedentes con la Inquisición, tanto él como su familia. Los testimonios falsos eran motivo de inquisición.
Hasta la independencia de América, todavía seguían vigentes los Estatutos de Limpieza de Sangre españoles. Luego de la independencia cayeron en desuso los Estatutos de Limpieza de Sangre.
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