EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ)
El descendimiento de Cristo es un óleo sobre tabla pintado en 1612. La pintura forma parte de un tríptico que el gremio de arcabuceros de Amberes encargó a Rubens. Esta es la tabla central.
El cuadro está organizado en torno a la figura en diagonal de Cristo y la tela de lino blanco sobre la que se desliza su cuerpo.
Cristo está ya muerto; la calma y la serenidad impregnan el cuadro. El recibir una madre el cuerpo muerto de su hijo es un momento de fuerte carga emotiva, y el pintor logra dar el efecto de esta tragedia.
El cuadro tiene poca profundidad espacial; las figuras ocupan todo el espacio pictórico y están realizadas como en un relieve clásico. La Virgen no aparece desvanecida por el dolor como se ve en otras representaciones; es más, participa en el descendimiento de forma activa junto con los demás. María Magdalena, con un precioso vestido, sujeta un pie de Cristo; otra mujer está detrás de ella. Juan, con una llamativa capa roja, sostiene, junto con Nicodemo, el cuerpo de Cristo. A su izquierda, José de Arimatea sostiene la tela sobre la que se desliza el cuerpo. En lo alto de la cruz dos ayudantes han descolgado a Cristo. Todo esto contribuye a dar unidad a la escena. Para acentuar el dramatismo del momento coloca amplias y volumétricas figuras.
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